miércoles, 27 de septiembre de 2017

La equidistancia con respecto al caso catalán

John Elliott, en su artículo ‘La historia los juzga ya’, desliza el siguiente comentario :«Aunque el Gobierno de Rajoy ha mostrado una clara falta de empatía en su forma de tratar a la región».
Por su parte, Eduardo Mendoza, en su artículo ‘El descarrilamiento del procés’, dice: «A esto el Gobierno español, tanto el actual, como todos los gobiernos que le han precedido a lo largo de una historia que dura más de cien años, no sabe cómo responder.».
A ambos habría que mandarles el artículo que Vicente Blasco Ibáñez escribió en 1907 y que se titula ‘La lepra catalanista’, para ver si se enteran de cómo se ha ido tejiendo la prosperidad catalana y por qué hemos llegado hasta aquí.
Pero es que también habría que recordarles a los dos que a la llegada de Felipe V a España Valencia más que duplicaba en número de habitantes a Barcelona y al final del mandato de este rey las tornas habían cambiado. Ya Barcelona superaba a Valencia. Si Inglaterra no se hubiera inmiscuido en la Guerra de Sucesión, Felipe V habría sido proclamado rey enseguida y todo habría sido diferente.
En esos cien años que dice Eduardo Mendoza, la burguesía catalana se ha comportado con creciente deslealtad, salvo en el tiempo de Franco, John Elliott, cuando Cataluña fue mimada y los catalanes acudían en tropel a vitorearlo y aplaudirlo. No tiene más que repasar las portadas de La Vanguardia.
En el periodo democrático todo ha sido juego sucio por parte de los políticos catalanes en su mayoría, y eso desde el mismísimo comienzo, cuando se estaba redactando la Constitución. El pueblo catalán, todavía no bombardeado por la infame propaganda catalanista, respondió bien, votando masivamente a favor de la Constitución. A partir de entonces, muchos catalanes se están dejando enredar por esos tunantes y votan en contra de sus intereses, porque esos están empobreciendo a Cataluña, después de que se haya enriquecido con el sacrificio y el esfuerzo de los españoles. Tengo escrito que el agradecimiento es propio de los espíritus elevados.

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