sábado, 2 de septiembre de 2017

Mozos de cuadra

Como reivindica Justo Coll Villanueva, UPyD -partido por el que hizo mucho, pero no por el partido en sí, sino por el ideario que defendía- es la única formación política que llevaba en su programa la recuperación de algunas competencias y la supresión de instituciones u organismos inútiles.
Evidentemente, una de las competencias que no debió transferirse nunca es la policial. Cada vez es más obvio. A estas alturas todo el mundo sabe, y no se lo calla, que el brutal atentado de Barcelona pudo y debió impedirse.
Los mozos de escuadra pueden ser tan buenos como los demás policías, pero sus mandos dejan mucho que desear. Glorioso fue el momento en que quisieron negar que uno de los mozos había estado en la Legión. Y trataban de convencer a la gente de ello.
Hay un centro, cuyo nombre se me ha olvidado, que coordina las labores de los distintos cuerpos de seguridad de España, al que tienen acceso los mozos de escuadra. De ese centro reciben información, pero ellos nunca aportan nada. Ese comportamiento desleal. ¿Cómo va a proteger a los ciudadanos un cuerpo de policía cuyos jefes don desleales? El Estado cede al gobierno regional de Cataluña ciertas competencias policiales y este gobierno, lejos de corresponder a tanta generosidad, se comporta de forma desleal. Eso es motivo más que suficiente para que se les arrebaten esas competencias y también para que los catalanes ejemplares les vuelvan la espalda asqueados.
El independentismo puede ser ilógico, irrazonable o contraproducente y a pesar de todo eso, legítimo.
Lo que ya no es legítimo y ningún demócrata lo debe tolerar -y si lo tolera deja de ser demócrata- es el quebrantamiento de las leyes, la constante burla al Estado, el engaño, la mentira y la tergiversación permanentes, la incitación al odio y el desprecio a los ciudadanos que no se tragan la bola. Los catalanes deben abrir los ojos y darse cuenta de que la gentuza que hay en la Generalidad les está perjudicando mucho.


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