miércoles, 6 de marzo de 2019

Pedrito el tramposito

Pedro Sánchez hace trampa siempre y en todo y además a cara descubierta, a la vista de que en estos tiempos banales basta con decir «somos la izquierda» para concitar la simpatía de los suyos, como si la izquierda fuera un valor en sí mismo y no la vía para conseguir algo.
El peso de las siglas lo tuvo que comprobar Alonso Puerta, del que ya nadie se acuerda. Al comprobar la corrupción del partido en el que estaba, el PSOE, se presentó por el PASOC y los votantes en lugar de optar por la limpieza y la honradez, prefirieron lo tradicional, aunque estuviera lleno de ladrones.
Lo tuvo que comprobar también Rosa Díez, que al ver que el PSOE había traicionado su ideario, e incluso y lo que es peor a sus víctimas del terrorismo, fundó UPyD con ese mismo ideario y un respeto absoluto a las víctimas y los votantes socialistas la consideraron traidora a ella. Triunfan la ceguera y el fanatismo.
Así que Pedrito se carcajea de quienes protestan por su doctorado. Amenazó a Inda con querellarse contra él por este asunto, pero le Inda respondió exigiéndole que no plagiase la querella, y nada más hubo, porque al final lo que le interesa a Pedrito es seguir disfrutando de la Moncloa, a costa de lo que sea, y confía en que la gente sea tonta y le vote.
Presume además de un libro que no ha escrito, en el que da cuenta de su soberbia y desprecio al prójimo, «soy quien soy», de su miopía, «confunde a San Juan de la Cruz con Fray Luis de León», de su frivolidad, «se reconoce guaperas», de su odio y su torpeza, «su primera medida fue ordenar que cambiaran el colchón», y con todo es muy posible que gane las elecciones y entonces nos espera la ruina. A quienes le voten también. A él no.

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