viernes, 31 de mayo de 2019

Nueva traición de Torra

El racista Torra es el representante del Estado en Cataluña. Son las leyes del Estado las que le permiten su estatus, su coche oficial y demás prebendas que él siempre está presto a aumentar, aumentar, aumentar. Es el Estado el que le paga su sueldo y para obtener todos esos privilegios ha tenido que jurar o prometer fidelidad.
Y ahí está él traicionando ese juramento suyo, o esa promesa, un día sí y otro también. Que haya una caterva, bastante numerosa por cierto, de catalanes satisfechos con ese proceder, solo es prueba del deterioro moral que el nacionalismo ha producido en Cataluña. Se advierte, incluso, en ambientes no nacionalistas. Este dato no es nada nuevo, ni sorprendente. En el País Vasco la podredumbre está cerca de situarse al mismo nivel que en la Alemania de los nazis. Y digo que está cerca y a lo peor está al mismo. La brutalidad de Otegui, la inconsistencia moral de Eguiguren, Elorza o López, el número de votos que obtiene Bildu, o la maldad de gran parte de los curas vascos, hacen pensar que quizá moralmente estén al mismo nivel.
¿Y cuál es el nivel de los catalanes? Pues ahí hay un Rufián y unos obispos cuya actitud es muy significativa. Teniendo en cuenta que lo que pretenden es ganar dinero y que para ello han de conseguir el fervor popular, las cosas quedan bastante claras. Y, además, si hasta ahora se podía pensar que el papa se hacía el loco, o sea, que hacía como si no supiera nada, ahora está claro que está loco, por no decir algo peor, mezclando a su madre en el asunto.
Torra, pues, es un traidor nato y los catalanes que apoyan esta actitud son tan traidores como él. Hay que distinguir entre las ideas que tiene cada uno y las vías que elige para llevarlas cabo.

No hay comentarios: