domingo, 19 de mayo de 2019

La jeta del obispo de Tarragona

Vivimos tiempos muy duros, le acaban de hacer un homenaje al etarra Ternera sin que nadie lo haya impedido, ni puesto a los organizadores a disposición de la justicia.
Un desgraciado, que a pesar de esta condición ha ostentado, y quizá lo sigue haciendo, cargos de importancia en el PSOE ha dicho que Ternera es un hombre de paz, y no lo han expulsado del partido. También dijo eso Zapatero de Otegui y el personal no se ha sobresaltado por ello.
Un tipo que a lo mejor es psicópata y al que todo el mundo lo considera capaz de cualquier cosa con tal de ser presidente, ha ganado las elecciones.
La Iglesia Católica ha nombrado obispo a un tal Planellas que, por catalogarlo de forma suave, es imbécil. Saltó a la fama a raíz de una polémica con Dolores Caminal en la que puso de manifiesto que lo suyo es la maldad. El amor al prójimo lo ha sustituido por amor a la tierra. El suyo es un discurso dirigido a mentes infantiles y enloquecidas por el odio a los españoles que no piensan como ellos. Al odio a las personas razonables lo llama amor a la tierra.
Si yo soy cura, obispo o cardenal y me entero de que nombran obispo a este, me salgo enseguida de la Iglesia. Pero es que no es el primer obispo nada recomendable que hay en la España de los tiempos democráticos.
Pero no es que la Iglesia Católica Española esté en trance autodestructivo. Toda la Iglesia Católica en general está en la misma tesitura, desde el momento en que fue elegido el actual papa, quizá el más malvado de entre la larga lista de papas malvados que ha habido. En estas circunstancias, poner la equis en la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta es dar por buenos el nombramiento de ese obispo y las maldades del actual papa.

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