Lo
sabemos desde siempre. Pero no, lo deberíamos saber desde siempre.
No queremos saberlo. Los terroristas de Hamás, como todos los
terroristas, son unos desalmados sin apenas posibilidad de redención.
Cuando toda Gaza está surcada por pasadizos subterráneos cabe
preguntar: ¿cómo es posible que se haya consentido esto? Y otra
pregunta: ¿cómo es posible que los terroristas pudieran invadir
Israel?Lo
sabemos desde siempre. Pero no, lo deberíamos saber desde siempre.
No queremos saberlo. Los terroristas de Hamás, como todos los
terroristas, son unos desalmados sin apenas posibilidad de redención.
Cuando toda Gaza está surcada por pasadizos subterráneos cabe
preguntar: ¿cómo es posible que se haya consentido esto? Y otra
pregunta: ¿cómo es posible que los terroristas pudieran invadir
Israel?
Hamás
ha amenazado a los rehenes: su destino será el de Ron Arad. O sea,
torturados hasta la muerte. Hay algo en este mundo que no se termina
de entender. Se les dio un territorio a los judíos, que era
precisamente el que ellos querían, pero luego se les dejó solos en
medio de la marabunta de odio y rencor. Los árabes debieron dirigir
su furia hacia el Reino Unido, que fue la potencia encargada de
conseguir el territorio y entregárselo. Y también hacia los países
aliados. Pero no, dirigieron su furia directamente hacia los judíos,
a los que han jurado echar al mar. Los judíos llevan muchos siglos
resistiendo todo y muriendo de mala manera en cantidades grandes. Los
árabes llevan unos cuantos siglos torturándose a sí mismos con una
religión estéril y falsa. Este credo, puesto que es absolutamente
falso, se acabará y ellos tendrán que encontrar otros modos de
vida. A partir de aquí dejarán de vivir en el tercer mundo, o el
cuarto o el quinto. Todo será de otra manera. El islam habrá
muerto, pero el pueblo judío seguirá vivo. En Israel o en donde
sea. Eso no quiere decir que yo sienta simpatía por los judíos,
pero antipatía tampoco. Tienen, como todos, derecho a vivir. Lo
ideal y justo es que lo hagan en Israel, lugar en el que por fin han
logrado asentarse, y que para ello no tengan más remedio que anular
la capacidad bélica de Irán. El mundo está loco por permitir que
pasen estas cosas.
Hamás
ha amenazado a los rehenes: su destino será el de Ron Arad. O sea,
torturados hasta la muerte. Hay algo en este mundo que no se termina
de entender. Se les dio un territorio a los judíos, que era
precisamente el que ellos querían, pero luego se les dejó solos en
medio de la marabunta de odio y rencor. Los árabes debieron dirigir
su furia hacia el Reino Unido, que fue la potencia encargada de
conseguir el territorio y entregárselo. Y también hacia los países
aliados. Pero no, dirigieron su furia directamente hacia los judíos,
a los que han jurado echar al mar. Los judíos llevan muchos siglos
resistiendo todo y muriendo de mala manera en cantidades grandes. Los
árabes llevan unos cuantos siglos torturándose a sí mismos con una
religión estéril y falsa. Este credo, puesto que es absolutamente
falso, se acabará y ellos tendrán que encontrar otros modos de
vida. A partir de aquí dejarán de vivir en el tercer mundo, o el
cuarto o el quinto. Todo será de otra manera. El islam habrá
muerto, pero el pueblo judío seguirá vivo. En Israel o en donde
sea. Eso no quiere decir que yo sienta simpatía por los judíos,
pero antipatía tampoco. Tienen, como todos, derecho a vivir. Lo
ideal y justo es que lo hagan en Israel, lugar en el que por fin han
logrado asentarse, y que para ello no tengan más remedio que anular
la capacidad bélica de Irán. El mundo está loco por permitir que
pasen estas cosas.
Esos libros míos