lunes, 29 de septiembre de 2025

A favor de Custodio Ballester

 

Que yo no sea religioso no significa que no me dé cuenta de lo que ocurre. Sobre todo con el islam, que no sé por qué es legal. Esta que llaman religión no tiene nada que ver con España, ni con su historia, ni sus costumbres. Hay que explicar que es una religión -ese nombre le han puesto- ideada por un solo individuo cuya finalidad era el dominio y manejo de las masas. Musulmán significa sometido; islam, sumisión.

El señor Custodio Ballester es un sacerdote al que se le ocurrió criticar al islam en una web religiosa, hasta la que han llegado los musulmanes y la han utilizado para denunciarlo por delito de odio. Estos musulmanes dieron con María Teresa Verdugo, que debe de ser de su cuerda, puesto que la ministra de (des)Igualdad, Ana Redondo, la ha nombrado presidenta de la Autoridad Independiente para la Igualdad de Trato y No Discriminación, un cargo que parece fundado especialmente para ella. O gente como ella (nos sale muy caro este gobierno).

No estará solo el sacerdote Ballester, sino que junto a él se sentará otro compañero suyo de hábitos, Jesús Calvo, y también Armando Robles, editor de Alerta Digital. Éramos pocos y parió la burra. Ya no podemos ni siquiera defender nuestras tradicionales costumbres, atacadas de forma feroz por estos musulmanes de pacotilla, que se niegan a que se celebre la Semana Santa, a que haya corridas de toros, que se coma cerdo en los colegios. Junto a los acusados no estará el arzobispo Omella, origen de toda esta trifulca, puesto que escribió un artículo titulado El necesario diálogo con el islam, que contestó Ballester. Al que deberían procesar por idiota es a Omella, por hablar sin saber lo que dice. Pero como lo suyo está dentro de lo que para el gobierno actual es políticamente correcto, la han emprendido con quien tiene razón.

Esos libros míos



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