jueves, 30 de octubre de 2014

Miedo a Podemos

La posibilidad de que esta nueva formación política que ha irrumpido en el mercado electoral, demostrando con ello que el pueblo español está muy lejos de la madurez democrática, inquieta grandemente a los principales partidos políticos, que creían seguras para ellos las dos primeras posiciones.
Los que están dispuestos a votar a este partido nuevo creen que hay soluciones mágicas para los graves problemas que nos acucian. No se dan cuenta de que para resolverlos hace falta un gran sentido de la responsabilidad por parte de la mayoría, y un no menos grande espíritu de sacrificio.
Deberían empezar por ahí el PP y PSOE. Si empezaran por establecer la separación de poderes, dotanto de todos los medios necesarios al Poder Judicial, y dando libertad de voto a los diputados, todo comenzaría a cambiar. Quizá fuera tarde para frenar al fenómeno Podemos, o acaso no. Es posible que los votantes detectaran el deseo de regeneración de los dos grandes partidos. En el arco político hay cuatro partidos en los cuales cabe confiar, porque todos los demás basan su estrategia en el odio, el resentimiento, el egoísmo y el afán de venganza. Algunos de ellos quieren que “el miedo cambie de bando”. En una sociedad sana sólo los delincuentes deberían tener miedo. Querer que haya personas que teman no es muy adecuado ni democrático. Lo correcto es generar ilusiones basadas en cálculos lógicos y posibles.
Los cuatro partidos en los que cabría confiar son el PSOE (sobre todo si estuviera liderado por José Borrell), el PP (en cuyas filas no se vislumbra ningún líder mejor que el que lamentablemente ostenta el cargo), UPyD (partido en el que suelen infiltrarse algunos con la intención de dinamitarlo desde dentro y quizá Sosa Wagner haya sido uno de estos) y Ciudadanos (que debería ser el auténtico partido de los socialistas catalanes).
Podemos desprende un tufillo que va de boliviarano a iraní.

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