miércoles, 1 de octubre de 2014

La responsabilidad de la izquierda española

Para hablar de la izquierda convendría comenzar explicando qué se entiende por ella. Pero sería mejor poner un ejemplo. Creo que uno de los mejores y más auténticos representantes de la izquierda es Félix Ovejero.
Lo que ocurre es que se trata de un intelectual muy fino y no todo el mundo tiene su capacidad de razonamiento. Pero para ser coherente no es necesario más que tener deseos de serlo. Y el problema de los izquierdistas españoles es que no son coherentes con los ideales que dicen procesar.
La izquierda española está secuestrada por los nacionalistas. Tiene además otra confusión mental muy relacionada con lo anterior. En democracia no hay enemigos, sino rivales idológicos. Los nacionalistas necesitan enemigos, por la sencilla razón de que no son democrátas. Los izquierdistas españoles en su día confundieron ser antifranqusita con ser demócrata, motivo por el cual otorgaron patente de demócrata a los nacionalistas.
Lo que mejor hacen los nacionalistas es adoctrinar, y la izquierda española es presa fácil para ellos. El propio Félix Ovejero lo ha dicho así: «El raro no soy yo, sino una izquierda -la nuestra, en esto también excepcional- que abandona sus ideales de ciudadanía, igualdad e ilustración, por una entronización de la identidad, el cultivo de la tradición y el mito.»
La izquierda española todavía está en el franquismo y por eso considera a la derecha como enemiga, cuestión en la que coincide con los nacionalistas, y como consecuencia de ello se derivan grandes perjuicios para los ciudadanos, de izquierda y de derecha.
Los nacionalistas se han tirado al monte de forma descarada y lo han podido hacer porque han contado con la complicidad de la izquierda, que se ha atenuado un poco, pero no del todo.
La izquierda debería darse cuenta de que de esta aventura los más vulnerables saldrían muy perjudicados. La izquierda debería oponerse con toda su fuerza y toda su vehemencia a los nacionalistas.

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