domingo, 23 de abril de 2017

Pendientes de La France

Digamos que la grandeur de La France fue menos grandeur cuando los franceses, en gran porcentaje, colaboraron con los nazis. Diga lo que diga Le Pen, porque los nacionalistas no existen sin el engaño.
También fue menos grandeur cuando Francia servía de refugio a los etarras. ¡Qué vergüenza para Francia! Un etarra, después de cometer uno de sus viles atentados, cruzaba la frontera y ya estaba a salvo.
La grandeur. Qué manera de utilizar la historia de manera torcida. No hay ninguna nación que no deba avergonzarse de su pasado. El papel de la historia es el de ayudar a no repetir errores, pero los nacionalistas se sirven de ella para embaucar a las gentes.
Hoy se celebran elecciones en Francia y según la ley de Murphy todo error susceptible de ser cometido se cometerá. Hay cuatro candidatos con posibilidades de pasar a la segunda vuelta. Dos de ellos pueden ser considerados como un mal menor. Cualquiera de los otros dos sería catastrófico y no sólo para Francia. ¿Qué votarán los franceses en esta tesitura?
Los españoles no debemos burlarnos. Tenemos abandonadas a las víctimas del terrorismo y el partido que presentó el mejor programa, que incluía la separación efectiva de poderes, y cuyos candidatos demostraron en todos los debates en que participaron que eran los mejor preparados, apenas consiguió votos. Por supuesto que me refiero a UPyD, el partido que más y mejor luchó contra la corrupción. En cambio, Podemos, que viene a convertir la política en un espectáculo de los bajos fondos, logró un gran éxito electoral.
Melenchon, en Francia, quiere reducir el número de horas semanales de trabajo a 32, la edad de jubilación a los 60 y hacer caso omiso a las normas de la Unión Europea sobre el déficit fiscal, entre otras lindezas. Melenchon dice que se inspira en el coletas. ¿Y eso quién lo ha de pagar?, cabría preguntarle.

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