miércoles, 12 de abril de 2017

Algunos etarras tenían el teléfono de P.I.

Pablo Iglesias, que ha sido rebautizado como macho alfalfa, suele decir, y también los de su cuerda, que está con ‘la gente’, pero sin especificar con qué gente, porque desde luego conmigo no. Y no soy el único que no quiere verlo ni en pintura.
Si lo veo venir, me cambio de acera. Y lo mismo con cualquier podemita o similares. Todo se contagia y sólo me faltaría tener algo que ver con ellos.
Finalmente, se ha sabido a quienes se refiere cuando dice la gente y es que varios etarras tenían su teléfono. Nada nuevo bajo el sol, por supuesto; todo se intuía, dados los comentarios amables con que el elemento también conocido como el coletas dedicaba a la banda. O sea, que las simpatías del sujeto hacia los terroristas iban más allá de la admiración que pudiera sentir por ellos, puesto que cultivaba la amistad con algunos.
Todo en el caso de este ‘redentor’, entrecomillado y escrito con sorna, es engañoso. Puesto que se presenta como presunto limpiador de la política española y, en realidad, viene a ensuciarla más. No es raro que se niegue a condenar el régimen de Maduro, puesto que hasta el nombre de su partido procede de la Venezuela de Chávez, y tampoco extraña que tenga amistad con algunos etarras, puesto que ese gobierno venezolano, hacia el que siente tanta simpatía y gratitud, acoge y cuida a unos cuantos terroristas etarras. Tal vez a través de los etarras que viven tan ricamente en esa Venezuela que pasa hambre Pablo Iglesias haya logrado contactar con otros miembros de la banda. Aunque tampoco cabe descartar que hubiera conseguido esos contactos por sus propios medios.
El caso es que se presenta como demócrata y siempre está en contra de la ley. A ver quién ata esa mosca por el rabo.

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