martes, 13 de marzo de 2018

Guardiola, o vuelve la burra al trigo

La Asociación Inglesa de Fútbol le ha dado una lección de democracia a Guardiola que éste no parece haber entendido.
En el Reino Unido las leyes se cumplen. En Cataluña hasta ahora no, pero ya empiezan a hacerlo.
A Guardiola no lo han multado por llevar el lazo amarillo, sino por hacerlo donde está prohibido. No meten a nadie en la cárcel por sus ideas, sino por sus hechos. Se puede ser independentista o Testigo de Jehová, y no sé cuál de las dos cosas es peor, pero no por ello encarcelan a nadie. En Escocia, que al contrario de Cataluña sí fue independiente, se cumple escrupulosamente la ley. Allí se hizo un referéndum porque la legalidad lo permite, pero sobre todo, por cálculo electoral de Cameron. Fue una estupidez de éste, pero en ningún momento se quebrantó ningún precepto jurídico.
La legislación española está aprobada por la Unión Europea, porque de otro modo no podría pertenecer a ella, y en la Constitución, como en la de cualquier país democrático, hay mecanismos que permitirían que Cataluña, o cualquier otra región, pudiera ser independiente. Para ello habría que hacer los cambios necesarios, pero siempre siguiendo los caminos legales previstos.
Los golpistas se han sentido incapaces y han querido llevar a cabo actos ilegales creyendo que quedarían impunes, como venía sucediendo. Algunos de los encarcelados se subieron a un coche de la Guardia Civil, destrozado previamente de forma salvaje y cobarde por una multitud, y saludaron de forma triunfal, mientras sus ocupantes habían tenido que refugiarse, porque corrían peligro de ser linchados. Y en lugar de tener vergüenza se pavonean. Otros no están en la cárcel, porque se han fugado, y los delitos por los que están acusados prescriben dentro de 25 años.
Guardiola, con su lacito, insulta a los buenos catalanes, a los que respetan la ley y, por tanto, al prójimo.

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