martes, 18 de noviembre de 2014

Hablemos de escobas

Cabría situar el origen de la corrupción precisamente en aquel momento en que debió hacerse borrón y cuenta nueva: cuando se estaba redactando la Constitución.
La gran cantidad de gente irresponsable que vive de la política no es patrimonio de nuestro tiempo. Entonces ya abundan los irresponsables, los pícaros y los despabilados. Baste recordar que cuando Letamendia propuso incluir el derecho de autodeterminación, dos diputados catalanes, de dos partidos diferentes, emularon al caganer para no tener que votar. Y le mandaron una nota a otro para que hiciera lo mismo. Eso es corrupción pura y dura. Y dudo mucho que esos cantamañanas que dicen que traen una escoba lo vean así. La escoba la traen para barrer para casa.
Uno de los dos caganers pertenecía al partido socialista y el siguiente episodio también tiene que ver con el PSOE, que en algún momento presumió de cien años de honradez. Fue cuando Alonso Puerta quiso denunciar en su propio partido que había observado indicios de corrupción en él, y fue expulsado. Los votantes le volvieron la espalda y prefirieron a los presuntos corruptos. De modo que la culpa de que haya tanta corrupción en España la tienen los propios votantes, porque en gran número se han mantenido fieles a unas siglas, haciendo caso omiso a la corrupción propia y criticando la ajena. A partir del episodio de Alonso Puerta nadie más ha vuelto a denunciar a cara descubierta la corrupción en su propio partido. A una que pudo haberlo hecho, María Jesús Díaz Pérez, la defenestró Esperanza Aguirre impidiendo con ello que accediera a los datos.
Los que dicen que tienen una escoba (para barrer para casa), tienen vínculos con los gobiernos de Venezuela y de Irán, cuya corrupción es absoluta. Y quieren dar beneficios a cambio de nada a los presos de ETA. Dicen que tienen una escoba, pero es que las escobas son baratas

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