sábado, 5 de marzo de 2016

Obsceno y ridículo Iglesias

García-Trevijano también pretende deslegitimar el sistema, pero al menos su intención final es buena, puesto que su propósito es el de establecer otro sistema democrático.
No es el caso de Iglesias, en el que Alfonso Rojo, con su habitual agudeza, ha detectado una irreprimible tendencia a comportarse como un bufón, como un mal payaso de circo, como un provocador barato. Este tipo quiere deslegitimar el sistema para imponer una dictadura, para someter a las gentes e imponerles sus caprichos.
Tiene secuaces, claro. Secuaces que de forma más descarada o sibilina le ayudan en esa tarea, tratando de echar basura sobre figuras relevantes de la Transición. ¿Por qué en lugar de ello no cuentan la historia del padre y del abuelo de Iglesias?
Claro que interesa saber la verdad, aunque algún malasombra lo niegue. Interesa conocer la verdad, pero por el mero hecho de conocerla, no para interpretarla de modo torticero y edificar un edificio de mentiras sobre sobre una verdad vista desde un ángulo interesado.
Tampoco es verdad que Otegui haya sido jamás un hombre de paz, ni que estuviera preso por sus ideas, a pesar de sus ideas son nauseabundas.
Es lamentable que el Secretario General de un partido con vocación democrática, como es el PSOE, necesite imperiosamente a Podemos, porque si se aliara con el PP la presidencia del gobierno no sería para él, y eso permita al partido antisistema desestabilizar la vida política.
En el PSOE, como en los demás partidos políticos, el que se mueve no sale en la foto, pero eso se tendrá que terminar un día u otro. Tan pronto como se establezca la separación efectiva de poderes. Eso no es así en todos los partidos. No lo es en el caso de los nacionalistas y tampoco en el caso de Podemos, único de todos los partidos que puso la foto de su líder en la papeleta electoral.

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