viernes, 24 de junio de 2016

Borrell abusa de Junqueras

Resulta difícil de entender que Junqueras accediese a enfrentarse a Borrell. Parece claro que no había leído el libro que el exministro tiene publicado sobre los asuntos que trataron en el debate.
Cuando Borrell habla de economía o de la Unión Europea induce a pensar que es el socialista que muchos, votantes o no del PSOE, desean que haya. Un personaje capaz de justificar al socialismo por sí mismo. Alguien que haga olvidar a los nefastos Glez., Zapatero, Rubalcaba, Snchz. Sin embargo, cuando Borrell habla de política no se muestra como socialista, sino como sectario. ¿Cómo pueden convivir en el interior de un cerebro las altas capacidades intelectuales con la visión mezquina de la vida? Es un misterio. Puesto que somos incapaces de descifrar este arcano, tendemos a ver a Borrell como a alguien grande hasta que él mismo nos muestra su pequeñez y queda aquello como una ilusión óptica.
Pero tampoco era necesario que apareciera él en su tamaño natural. Podríamos habernos preguntado que cómo es posible que tolere al PSC. La respuesta es que no queremos ver aquello que nos rompe la ilusión. El PSC es un partido que desde el principio traiciona al PSOE. Borrell lo ha de saber. Quien dice que es nacionalista y socialista, miente, porque sólo es nacionalista. Si realmente fuera socialista no sería nacionalista. Cabe interpretar que Borrell no se ve con fuerzas para enfrentarse a esta monstruosidad ideológica. Y cuando alguien no tiene fuerza para defender la razón tampoco la tiene para escapar de la sinrazón. Si no tiene coraje, será rehén de sus pasiones y vicios y ahí está el sectarismo, a la puerta de su casa, esperando a que salga para atraparlo.
Ya se ve que Borrell es un torero de salón. Ahí es en donde da unos pases maravillosos, demostrando una variada gama de recursos. Lo de bajar a la arena, como hace Fernando Savater, candidato de UPyD, es otro cantar.

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