martes, 14 de abril de 2020

Homenaje a Cavadas


Fue el primero, si no me equivoco, en alertar de que algo grave estaba ocurriendo en China. Si en el gobierno hubiera alguien con dos dedos de frente -dos dedos nada más-, se hubiera dado prisa en decírselo al presidente, porque él es evidente que no los tiene, y si no le hubiera hecho caso, habría dimitido enseguida, para no verse envuelto en lo que podía venir.
Pero creo que fue desde fuentes gubernamentales, o tan próximas como las que constituyen los palmeros, que se intentó desacreditar la opinión de tan reputado cirujano. He suprimido el título de doctor por ese motivo. Es médico, pero de otra especialidad, alegaban. Debería haberse callado, porque de eso no sabe nada. Pero no hacía falta ser médico para darse cuenta de lo que ocurría. Dio su opinión como ciudadano, como Cavadas, porque tiene talento, le llegó la noticia y sacó conclusiones. Era pura sensatez lo que dijo: si se había aislado a 60 millones de personas y se había hecho un hospital enorme en un plazo muy reducido de tiempo, es que estaba pasando algo muy gordo.
Pero el gobierno tenía su propia agenda, que consistía en hacerse publicidad sin parar y en explicar lo mal que lo hace el PP y burlarse del ‘trifachito’, y a la chita callando ir desmontando la democracia. Uno de los momentos cumbre que tenían preparados y al que no estaban dispuestos a renunciar tenía que darse, y se dio, el 8 de marzo.
Y como saben todos los que tienen dos dedos de frente y, por tanto, no son masoquistas, si el gobierno hubiera hecho caso al Dr. Cavadas y hubiera aleccionado a la población que se mantuviera una distancia prudencial entre las personas y se lavara las manos todas las veces que hiciera falta, nos habríamos ahorrado muchas muertes y la ruina económica consiguiente.
Por tanto, el Dr. Cavadas no solo hace milagros en los quirófanos, también como persona pudo haber salvado muchas vidas. No tiene la culpa de que no se le hiciera caso.

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