miércoles, 15 de abril de 2020

Nadie se aleja de su domicilio más de 500 metros


El gobierno se sirve del rastreo de móviles para vigilar si alguien se aleja más de medio kilómetro. Añade que hay restricciones en el rastreo, que no se identifica a nadie, pero la sensación que queda es que estamos encaminados hacia un estado policial.
Por circunstancias históricas, los británicos están acostumbrados a defender sus libertades y los españoles a obedecer. Así que por más abusivas que sean las medidas que toma el poder, enseguida aparecen los pelotas de turno y se constituyen en policía del visillo y se chivan. Para los pelotas y los masoquistas lo que hace el poder está bien. Si se saltan la cuarentena Sánchez o Iglesias, que tienen positivos, confirmados mediante test, en sus familias, no pasa nada. Pero si quien sale a la calle es Rajoy se vuelven histéricos. El gesto rebelde del expresidente merece un aplauso, porque visualiza el abuso de este ejecutivo. Seguro que alguna cadena infame habrá pasado el vídeo muchas veces, para disuadir a otros que puedan haber pensado en imitarlo.
El temor al estado policial no es gratuito, puesto que los comunistas del gobierno están poniendo toda la carne en el asador para conseguirlo. Porque a pesar de que la Unión Europea, a la que pertenecemos, condenó al comunismo, Sánchez, cuya índole también es dictatorial, los tiene como aliados.
Lo de los 500, como tantas otras cosas de este gobierno, también parece ser caprichoso y estar encuadrado dentro del deseo de tenerlo todo controlado, como se observa en otras medidas restrictivas. La distancia a la que uno se encuentra de casa no tiene que ver con la posibilidad de infectar o de ser infectado, sino que el peligro consiste en la proximidad con otras personas. Por decirlo claramente: lo peligroso fue la manifestación del 8-M. También lo de Vistalegre, pero es que Vox ha pedido perdón.

1 comentario:

Juan Gnav dijo...

Mi móvil tiene aprendido el no salir de casa. Mi can me concede un perímetro de dos metros cuadrados siendo que somos inseparables. Cuando salgo al parque de enfrente, casi salgo hecho burbuja enmascarada y con perro. Doscientos metros de vuelta, para sus necesidades, luego camino a casa. Ni quince minutos de reloj, pues ya mi Chauchi los tiene contados. Policía sí, para el delincuente, de lo que se infiere el no al proyecto de gran hermano policial.