viernes, 17 de abril de 2020

Quizá Madina sea la solución


No sigo a Eduardo Madina y no lo hago por dos motivos concretos. Uno de ellos fue un artículo que escribió contra Aznar. No fue una crítica de un personaje público, que dicho sea de paso, y como se puede en la hemeroteca de este mismo blog, tampoco es santo de mi devoción. Es que era un artículo lleno de odio y alguien dominado por este sentimiento nefasto no puede ser buen político. El otro motivo es que Zapatero lo presentó como cómplice suyo en su traición a las víctimas del terrorismo.
Sin embargo, últimamente ha dado un paso, mediante otro artículo publicado en El País, que resulta esperanzador. Un gobierno del PSOE y el PP, presidido por Madina vendría a ser como una bendición del cielo. Es cierto que Sánchez desactivó todos los controles internos del partido, por lo que resulta imposible destituirlo por ese medio, pero lo puede inhabilitar por incapacidad, dada esa enfermedad mental que padece y que lleva el nombre de narcisismo.
Madina debe tener en cuenta otro factor, que, sin duda, se le ha escapado a Iglesias, porque lo sabe todo sobre las técnicas bolcheviques, pero despierto no es. Al PNV no le interesa en absoluto que España se convierta en una dictadura boliviarana, así que cuando vea que puede perder el control de la situación hará caer al gobierno, y además convencerá a los nacionalistas catalanes para que le secunden.
Y aquí viene el otro problema para Madina. Al PNV no le puede gustar que presida el gobierno una víctima del terrorismo, por muy cercana que la sienta. La carga simbólica que ello tendría le perjudicaría mucho. Por ese motivo, debería pasar a la acción antes de que los nacionalistas tomen cartas en el asunto, porque si lo hacen sabrán sacar partido. Debe saber que el PP le va a apoyar en todo, y también lo harán los barones socialistas e incluso muchos de los que ahora parecen entregados a Sánchez.

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