jueves, 2 de abril de 2020

La patria es el último refugio de los canallas


A la vista de los lamentables apoyos que se procuró Sánchez para formar gobierno, un político español, cuyo nombre no es necesario poner, porque todo el mundo ha de recordar el caso, aludió al artículo octavo de la Constitución.
Conviene hacer memoria de ese tiempo, porque aunque es tan cercano todavía, parece olvidado. En la legislatura anterior pudo haber formado gobierno con Ciudadanos, pues entre ambos tenían la mayoría absoluta, pero quiso repetir las elecciones porque Podemos, que anteriormente había estado en un tris de conseguir la hegemonía de la izquierda, perdía votos a marchas aceleradas, por lo quiso aprovechar la coyuntura para liquidar electoralmente a este partido y volver a dominar la izquierda. La jugada le salió mal, porque aunque Podemos perdió muchos votos, más todavía perdió Ciudadanos. Quedaba la opción de aliarse con el PP, pero el odio que tiene Sánchez a la derecha le llevó a caer en manos de quienes, según sus propias palabras, le quitaban el sueño.
Volviendo al principio, tras la citada alusión al artículo 8 de la Constitución, los podemitas y todos sus altavoces mediáticos anunciaron querellas y llenaron las redes de críticas hacia quienes lo habían. Decían que eso era una incitación al golpe de Estado. De la querella no se ha vuelto a hablar, ni se tiene noticia. Es un artículo de la Constitución, como otro cualquiera y si no se puede hablar de él, no se puede hablar de nada.
Y ahora resulta que uno de esos de Podemos, que recordemos que quieren nuestra desgracia, cita otro artículo de la Constitución, y se pone a hablar de la patria. La suya, la de él, debe de ser Venezuela, pero no se va. Sigue aquí haciendo todo el mal que puede. Sánchez, seguramente, no duerme, como temía, porque cada vez es más tonto. Veremos para que le sirve una España arruinada y si cree que puede sobrevivir a sus socios de gobierno.



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