miércoles, 17 de junio de 2015

Gürtel como coartada

He leído algún titular en el que se usa el caso Gürtel como coartada para defender los infames tuits de la banda. Porque de eso se trata. No importan las cosas, sino quien las ha dicho o hecho. Si es de la banda propia, bien hecho está. Es curioso, por otra parte, que hayan empleado el caso Gürtel y no el ERE.
Pero tanto un caso como el otro, Gürtel y ERE, se han producido porque en España no existe la separación de poderes. Con ella, esa sensación de impunidad de los implicados no se habría podido dar. Lo que ha hundido a los dos grandes partidos españoles es su avidez por tenerlo todo bajo control y luego a medida que ha ido pasando el tiempo ha aumentado su miedo a dar la independencia al Poder Judicial porque cada vez tenían más correligionarios en peligro de ir a la cárcel.
Pero yo he votado al único partido que exige la separación efectiva de poderes, y que tampoco tenía ningún imputado en sus listas, así que a mí no me pueden venir con el Gürtel, y tampoco con los ERE, si digo que esos chistes me parecen infames.
Todo el mundo sabe que con el sectarismo no se va a ninguna parte, pero si luego abundan los que lo abrazan es porque esperan conseguir algo.
Tengo dicho que añoraremos a los anteriores alcaldes, o alcaldesas, de Valencia, Barcelona y Madrid. Ya era hora de que Rita Barberá perdiera su sillón, pero quitárselo para dárselo a un nacionalista es hacerle un favor. Al nuevo ya le llaman el alcalde bicicleta. Falta saber si pedalea por la acera o por la calzada. A mí ya me han atropellado tres veces. Lo de disfrutar la ciudad paseando por la acera ya pertenece al pasado.
Por cierto, si hicieran chistes sobre la matanza de Atocha, tampoco me reiría.

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