sábado, 20 de junio de 2015

¿Huele bien Pedro Sánchez?

Dicen que Inés Ballester le preguntó a otra periodista: ¿Huele bien Pablo Iglesias?, y que los de Podemos, que insultan a todos, se han quejado. Las víctimas del terrorismo le mandaron una carta al propio Pablo Iglesias en la que le dicen: Lo único que le pedimos es que al menos no nos llame sinvergüenzas.
El caso es que Pedro Sánchez ha pretendido tranquilizar a los inversores extranjeros asegurándoles que el PSOE no se ha podemizado. Supongo que Pedro Sánchez sabrá a qué huele, de lo que ya no estoy tan seguro es de que sepa lo que dice. En ganas de ganar a la derecha no nos gana nadie, manifestó tiempo atrás. Esto es todo, amigos, como diría Bugs Bunny. Todo su ideario.
Cuando Felipe González ganó las elecciones por primera vez muchos socialistas esperaban que diera lecciones de honradez, nobleza, bondad (no del buenismo zapateril) y decoro y desde entonces han ido de desengaño en desengaño. Los errores del PP no suponen ningún consuelo.
Lo de Zapatero con respecto a González fue bajar muchos peldaños de golpe. Eso de convertir la insensatez en un arte y seguir sonriendo es una proeza notable. Y también lo es dar carta de naturaleza al sectarismo, que hasta entonces permanecía latente. Una vez oficializado ya no se sabe hasta dónde va a llegar.
El propio Pedro Sánchez dijo que el PSOE pactaría con todos excepto Bildu y el PP. Eso es una canallada digna de Patxi López, Eguiguren o Elorza. No es difícil sospechar que antes pactaría con Bildu que con el PP, partido que ha sufrido en las carnes de muchos de sus militantes la barbarie etarra.
El PSOE le ha entregado a Manuela Carmena, cuya tendencia a soltar etarras en su etapa de jueza es digna de estudio, a pesar de que Esperanza Aguirre se la ofreció a Antonio Miguel Carmona.
Aguirre es más noble que Carmona y Sánchez.

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