sábado, 14 de enero de 2017

Iluso Pujol

Algunos sostienen que Jorge Pujol ha sido el político más inteligente de España. Resulta complicado adivinar cómo miden la inteligencia para poder decir eso. Más fácil es reconocerle astucia, aunque con la salvedad de que aquellos a los que aparentemente engañó también ganaban algo y lo que daban a cambio no les importaba mucho.
Se conoce que este pájaro de cuenta, o sea, Jorge Pujol, dijo lo siguiente:
«La independencia es cuestión de futuro, de la próxima generación, de nuestros hijos. Por eso, los de la actual generación tenemos que preparar el camino con tres asuntos básicos: el idioma, la bandera y la enseñanza.».
Y eso es una ingenuidad porque esas generaciones futuras, adoctrinadas según las instrucciones de ese tipo al que se le atribuye tanta inteligencia tienen una confusión mental de la que no les resultará fácil desprenderse. Quizá algunos se den cuenta de ese odio que les han inculcado no tiene sentido y que además les perjudica a ellos mismos. Les faltará darse cuenta aún de que esa meta hacia la que les han empujado no existe. Entre otras cosas porque provocaría una catástrofe económica de singulares dimensiones, sobre todo para Cataluña. De cualquier modo, el camino emprendido no redunda en beneficio de los catalanes, sino que les perjudica mucho en todos los órdenes, a todos los catalanes, los sensatos y los enloquecidos.
A Jorge Pujol no le ha alcanzado la inteligencia para comprender que los catalanes del futuro renegarán de él y le reprocharán no sólo el mal que ha hecho, sino incluso otros males en los que no haya tenido nada que ver. Lo que sí que ha sabido hacer es ganar mucho dinero, pero tampoco puede decirse que lo haya ganado por su pericia comercial, como es el caso de otros, sino por su habilidad para envolverse con una bandera. Pero al hacer eso también ha dado a conocer sus verdaderas intenciones.



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