lunes, 29 de mayo de 2017

Ciudadanos pierde fuerza en Cataluña

Hay un antes y un después en Ciudadanos. El antes corresponde al periodo inicial, en el que el partido se presentó a la opinión pública informando que sus fundadores ya no podían seguir votando al PSC, por su deriva nacionalista.
En el tintero se les quedó la explicación acerca de los motivos que les habían permitido votar al PSC hasta ese momento, habida cuenta de que este partido es nacionalista desde el principio, a pesar de que en el nombre lleva la palabra socialista. Tampoco hubo explicación sobre el modo en que Riverita accedió a la presidencia del partido y si lo hizo con carácter vitalicio.
Otra realidad es que además de ocupar parte del espacio del PSC, se nutrió sobre todo con votos de quienes, a causa de la defenestración de Vidal Quadras, se desengañaron del PP.
Lagunas aparte, Ciudadanos estuvo haciendo una labor muy buena en Cataluña, en cuyo Parlamento Riverita se lucía una y otra vez, con discursos que quizá le escribía alguno de los fundadores del partido.
La situación ha cambiado al dar Ciudadanos el salto al resto de España. De pronto, se le catalogó como el partido del Ibex, y se lanzaron algunas indirectas sobre la financiación que supuestamente estaba recibiendo. El partido perdió el carácter puro con el que hasta el momento parecía revestido e hizo algunas maniobras no muy limpias con Toni Cantó, Juan Marín o Ignacio Prendes, entre otros. Aquellos discursos tan bien trabados, aquellas actitudes tan limpias, han pasado a la historia y ahora se trata de hacer maniobras en las que al PSOE se le da un trato, al PP otro distinto, pues todo depende del caladero en el que piensa obtener sus votos. Como consecuencia, aquellos ciudadanos catalanes que tenían la esperanza de que este partido frenara los atropellos que sufren por parte de los dictatoriales dirigentes de Cataluña se sienten frustrados.

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