jueves, 22 de noviembre de 2018

Borrell se cree muy listo

El ministro de Exteriores siempre se ha creído muy listo y otros muchos le vienen ayudando a que se lo crea. Sin embargo, esa listeza no le ha permitido darse cuenta de que el simple hecho de pertenecer a este gobierno ya le desacredita.
Por si faltara poco, cuando el gobierno, con su presidente a la cabeza, tenían la obligación de arroparlo, no lo ha hecho. Peor aún, Pedro Sánchez ha aprovechado la ocasión para mostrar una vez más su calaña: ha pretendido igualar a Casado con Rufián. Todo el mundo sabe que quien está mucho más cerca de Rufián es él mismo. De hecho, es uno de sus apoyos presidenciales.
Borrell, por su parte, tan listo que es, se ha igualado con ese majadero al entrar en diálogo con él, no merecía la pena. Todo lo más, una respuesta distante y convencional. El intento de describir al sujeto «una mezcla de serrín y excrementos», por muy acertado que sea, solo sirve para dar munición a los de ERC, esos infames que en lugar de sentir vergüenza arroparon, ellos sí, a su compañero.
Tampoco debió quejarse del escupitajo, porque no hay mayor desprecio que no hacer aprecio.
Si Borrell fuera la mitad de listo de lo que se cree se daría cuenta de que el gobierno está apoyado por esos impresentables de ERC. También por Podemos. ¿Para qué sirve Podemos?, podría preguntarse. Lo dijo Rajoy: no ha presentado jamás ni una sola propuesta constructiva. A las palabras del expresidente cabe añadir que lo único que pretende Podemos es hacer el mal y denigrar todo lo que funciona bien en España.
La presidenta del Congreso también se dejó arrastrar por los marrulleros y cometió un error grande al borrar dos palabras del diario de sesiones, porque con ello también ponía en plano de igualdad a quienes defienden la ley con los que la quieren quebrantar. 

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