lunes, 26 de noviembre de 2018

¡Resiste. Borrell, resiste!

Fue víctima, en el Congreso, de un brutal ataque rufianesco, que es lo más grosero que puede haber, y como continuación del mismo recibió un escupitajo, amén de las miradas ofendidas de quienes le habían ofendido previamente.
Su partido le dejó solo y aguanta, sin que trasluzca en él ninguna intención de dimitir. Luego va Torra, que es otro tipo soez, y lo denigra también.
El presidente de su gobierno, de clara tendencia dictatorial, confirmada por sus actos, se sirve de modo artero de la figura de Franco para disimular este hecho.
La divisa del gobierno en el figura es el odio. Hay odio, evidente, en Pedro Sánchez, en Bildu, en Podemos y en los golpistas. O sea, es una vergüenza figurar en este gobierno, que además va a propiciar a muy corto plazo un grave deterioro de la situación económica de España, y ahí está este ministro tan listo y tan enterado resistiendo en el ministerio.
Con lo que le gusta a Borrell dar lecciones...De cualquier cosa, de economía, de filosofía, de ética, de historia… y ya se va viendo que por la boca muere el pez, que del dicho al hecho va un trecho, que una cosa es predicar y otra dar trigo.
Demuestra que piensa que merece la pena aguantar toda esa ignominia con tal de ser ministro. Que el presidente de su gobierno recibe en La Moncloa a degenerados que llevan el lacito amarillo en la solapa, pues el calla. Que el presidente del gobierno es el español que más contamina, pues él calla. Y Narbona también. Es curioso que Narbona no ponga el grito en el cielo por el uso y el abuso de falcones y helicópteros, mientras niega el derecho a la vida a los pobres que tienen un diésel de quince años.
Borrell dando lecciones de ética… Y Narbona de ecología...

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