sábado, 12 de abril de 2014

Lo de Ada Colau

Basta con que alguien, Chávez, Maduro, Colau, Sánchez Gordillo, quien sea, se coloque la etiqueta de izquierdista para que la secta le aplauda.
Hay una izquierda que abraza la democracia y otra izquierda que opta claramente por la dictadura. Esto hay que dejarlo claro. Algunos izquierdistas, probablemente muchos, se postulan como demócratas, y creen que lo son. Pero si actúan de modo sectario demuestran con ello que la democracia les importa un bledo. Son sectarios los que defienden a Ada Colau, porque alegan que ha sido ofendida, y callan ante otras ofensas más graves y más ciertas que han hecho otros de izquierdas.
No es democrático participar en campañas orquestadas de desprestigio. Si además esas campañas se basan en frases aisladas sacadas de contexto, al apelativo de antidemócrata hay que unirle el de ridículo. Un señor o una señora jamás se prestan a esas cosas.
Alfonso Rojo no necesita que le defienda nadie, pero tampoco está de más decir que no le gusta que le den gato por liebre.
Hay gente muy banal por el mundo que aboga por medidas imposibles y además antidemocráticas. Si las propuestas que hacen se llevaran a la práctica en algún sitio, Italia, Francia, Japón, por citar algunos, la quiebra muy poco en llegar. Pero lo que hacen es dar pequeños golpes, que resultan soportables para el sistema, y con ellos ganan popularidad y la secta les aplaude.
Un partido serio, como pretende ser el PSOE, no debería fomentar los comportamientos sectarios, porque hacerlo es como encerrarse en una cárcel. Sin embargo, Susana Díaz, la gran esperanza socialista, ha hecho componendas con uno de estos grupos que si algo les parece mal pretenden resolverlo con otro mal mayor.
El PP y el PSOE, puesto que son los partidos mayoritarios deberían llevar especial cuidado para que no pudieran florecer personajes como Colau, o los similares de la derecha.

1 comentario:

Jesús dijo...

La izquierda no puede ser democratica porque la democracia es un sistema derechista. Solo cuenta la cantidad de dinero que se necesita para hacer una campaña electoral, solo es posible a los amigos de Barcenas. O caer en las garras de los bancos como está el PSOE e incluso IU.
En caso de que gane un lider izquierdista por tener un gran carisma, la derecha enseguida se confabula contra él en forma de desinversiones, cierre de empresas y propaganda y periodistas pagados en los carisimos medios de comunicacion.