miércoles, 5 de julio de 2017

La aventura de Baiget

Vino a decir el tal Baiget que se arriesgaría a sufrir una pena de cárcel (y se supone que calcula que de poco tiempo), pero que no está dispuesto a arriesgar su patrimonio, porque no quiere perjudicar.
Lo que se deduce de esta actitud es que toma la iniciativa independentista como una aventura romántica con el riesgo calculado hasta el milímetro, a partir del cual no está dispuesto a dar un paso más. A continuación dice, demostrando un grado de estupidez notable, lo siguiente: «Necesitamos una movilización masiva, pero pensar que lograremos un grado de movilización mayoritaria y permanente es no conocer el país». ¿Cómo que no conocer el país? Si no se puede lograr esa movilización es porque no tiene sentido. ¿Cómo va a tener sentido un disparate de tal calibre? No se puede engañar a todos todo el tiempo. Los independentistas ya han hecho mucho daño a España y a Cataluña en el plano económico. Es mucho el dinero que se ha ido por los sumideros del independentismo, sin provecho para casi nadie, porque los sinvergüenzas sí que han podido vivir mejor todo el tiempo que viene durando la fiebre independentista. Sin que les remuerda la conciencia el hecho de que muchos enfermos hayan muerto por no haber dinero para atenderlos.
En el plano social es mucha la división creada, muchas enemistades que jamás habrían llegado a serlo de no ser por esa locura colectiva, por ese despropósito tan injusto e irrazonable. Tan insolidario como ingrato.
España, con toda probabilidad, se recuperará del descalabro económico propiciado por los nacionalistas, puesto que antes pudo recuperarse de reinados tan nefastos como el de Fernando VII; del daño moral será más difícil y necesitará un proceso más largo. Pero esa parte de España llamada Cataluña sufrirá durante mucho más tiempo, y de forma más profunda, los efectos de tanta maldad como se viene desplegando.

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