domingo, 31 de diciembre de 2017

La actitud de Soraya con TV3

La televisión catalana, tan falta de ética y de vergüenza, retransmitió un mensaje de Puigdemont, desde el lugar en el que está burlando la acción de la justicia, sin que Soraya haya hecho nada para impedirlo.
Como si Soraya se quisiera vengar de los catalanes, porque después de haberles solucionado la papeleta con el 155, no han votado al PP. Quizá por eso el PP sólo aplica el 155 de modo suave, la puntita nada más.
Pero también cabe la posibilidad de que haya permitido ese discurso para que los catalanes comprueben una vez más lo patético y ridículo que es el presidente, claro que eso ya lo tenían que saber de antes y no obstante ha recibido muchos votos. Es inconcebible que alguien tan loco obtenga ese éxito, pero a estas alturas es una obviedad que Cataluña está enferma y su dolencia es muy contagiosa. Una parte de la sociedad catalana está como una cabra y ya no queda más remedio que reconocerlo, no se pueden decir ya mentiras piadosas sobre la cuestión.
Después de la fuga de Puigdemont y unos más, de la debacle económica de Cataluña y de tantas otras cosas, es innegable que este individuo ha estado engañando a sus votantes desde el primer día. Y a pesar de eso le votan. Dan pena los pobres.
Aparte de eso y aunque existe el precedente de que Pujol, en la que debió ser la última Junta de Accionistas de Banca Catalana, consiguió que los accionistas votaran en contra de sus propios intereses, permitiendo la reducción del valor nominal de las acciones a cero, no es probable que los votantes de Puigdemont aporten ni un céntimo para contribuir a su manutención en Bruselas.
Cataluña se divide en catalanes y catalufos y estos últimos están acostumbrados a amedrentar a los primeros e imponer su ley. La ruina parece inevitable. ¿Podría hacer algo más Soraya? Seguramente, pero difícilmente podría recoger el PP los frutos.

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