martes, 12 de diciembre de 2017

Si Rajoy fuera psicópata

Años atrás, un famoso psicólogo trató de convencerme por teléfono de que Zapatero es paranoico, cuando yo creo que no tiene ningún síntoma de serlo. Supe también que otro psicólogo mantenía en su blog de acceso restringido que Zapatero es psicópata. No tengo acceso a ese blog, pero alguien que sí lo tenía me lo contó.
Es decir, que ni siquiera los profesionales pueden estar seguros de lo que dicen, pero estadísticamente es obvio que a los psicópatas y los paranoicos les gusta la política. Por supuesto que no digo que Rajoy sea psicópata, sino que lo apunto como posibilidad.
El caso es que ha actuado con una frialdad asombrosa dejando que los malandrines se estrellen contra el muro de la realidad. Habrá que ver si se le escapa alguno crudo o los cuece a todos.
Tiene enemigos, claro, y le critican que haya convocado tan pronto las elecciones en Cataluña, lo cual, examinado sin prejuicios es una genialidad. Le odian quienes apostaron por Aguirre y vieron frustradas sus expectativas con el triunfo de Rajoy, y lo critican otros para quitarle votos y que éstos vayan a parar a Ciudadanos, como si este partido fuera mejor que el PP.
Los nacionalistas y sus compañeros de viaje - y todos estos partidos deberían ser ilegalizados- han tenido que mostrarse como farsantes, que es lo que son, porque al presentarse a las elecciones admiten tácitamente la aplicación del 155 y, sin embargo, siguen con la cantinela del separatismo, a sabiendas de que no van a seguir por esa vía, porque no quieren ir a la cárcel. Hablan sólo para la galería, sabiendo que el Muy Honorable Pujol dedicó los mejores de su vida a aflojar pacientemente los tornillos de todo aquel que estuvo a su alcance.
Quienes conservan los tornillos bien ajustados se dan cuenta de que lo único que quieren esos es el dinero de los impuestos de los españoles.

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