domingo, 9 de junio de 2013

Esa asesina de Benejúzar

Quienes saben encontrar justificaciones para el asesinato que cometió la señora de Benejúzar que prendió fuego al violador de su hija no deben quejarse si los proetarras también las encuentran para los atentados etarras.
Nuestra sociedad tiene unas leyes que podrán ser mejores o peores, pero son las que hay y mientras no se cambien hemos de regirnos por ellas. El violador ya fue juzgado y condenado. Si a esta señora no le parecía suficiente la condena lo que debía hacer es recoger firmas para que se cambien las leyes, como hacen otros. En lugar de eso cometió un delito peor que el que quiso vengar.
Es curioso que ahora se recojan firmas pidiendo el indulto para ella y se hable del calvario de la mujer.
¿Es que quienes recogen firmas están de acuerdo con la pena de muerte? Una pena de muerte cruel además y perpetrada a traición.
La investigación llevada a cabo para descubrir al violador y presentar pruebas al tribunal costó mucho dinero, que fue pagado con los impuestos. El juicio mediante el que fue condenado, también costó mucho dinero a la sociedad. Y esta señora no estuvo de acuerdo con el trabajo que hizo la sociedad por ella y decidió tomarse la justicia por su mano. Si todos hicieran igual, ¿para qué la policía y para qué los jueces?
Lo peor de todo es la actitud de profesionales de la justicia y activistas del feminismo, que piden el indulto para la asesina. Lo de la capacidad del gobierno para conceder indultos arbitrariamente también tiene tela. Que profesionales del periodismo hablen del calvario de una cruel asesina y que los directores de los medios publiquen esos reportajes tal cual tiene delito.
Esta mujer le ha hecho más daño a su hija que el violador.
No es de extrañar en estas condiciones que los proetarras logren confundir a mucha gente con su infame manera de interpretar las cosas. Abundan quienes no tienen clara la línea que separa la vida decente del delito.

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