lunes, 3 de junio de 2013

Lo de salir del euro

Hay sectores que llevan años diciendo que España debe salir del euro. Ocurre desde que asomó la crisis y casi todos los que tocan esa música parecen llevar la misma partitura, con leves variaciones personales para disimular.
Otros han reconocido que la salida del euro tendría graves consecuencias a corto plazo, pero buenas a largo. Hay que quedarse con lo del corto plazo, porque este supuesto se basa en los números. En el otro interviene el horóscopo. Pronosticar el futuro es azaroso.
Lo que se debió hacer es exigir mayor rigor a la hora de fundar el euro, puesto que lo de llevar cada país una política económica diferente, sin control por parte de nadie de lo que hacía cada uno es sumamente peligroso, como estamos comprobando. Alemania ejerce ahora de Señorita Rotenmeyer, pero es porque ha tenido la suerte de que el estallido de la crisis le pille en mejor situación que a nadie. Si hubiera ocurrido años atrás, otro gallo hubiera cantado. España está en tan mala situación a causa de sus oligarquías financieras y políticas, que siguen asfixiando a los españoles para sobrevivir ellas.
No ha habido control en la Unión Europea a pesar del nutrido grupo de funcionarios muy bien pagados de que dispone.
Tampoco debió permitirse la entrada a tantos países a la vez, teniendo en cuenta que muchos de ellos no estaban preparados tampoco. A España, por ejemplo, se le debió exigir como paso previo a permitirle la entrada que garantizara que en su sistema democrático la separación de poderes era un hecho, que no era y no lo es.
En la Unión Europea, probablemente, han hecho trampas todos, y ahora hay unos que están en situación de exigir a los demás. La Unión es una necesidad. Conviene replantear las cosas bajo esta premisa. Los dirigentes de hoy serán juzgados con dureza por la Historia.

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