viernes, 7 de junio de 2013

Y nos quejamos los valencianos

Se intenta estigmatizar a los valencianos por aquello de que aquí se ha estado votando al mismo partido durante un periodo de tiempo muy largo, con los catastróficos resultados de todos conocidos, sin tener en cuenta que la oposición del lugar se divorció de la ciudadanía, motivo por el cual perdió un poder que ostentaba de modo hegemónico.
Quienes se refieren a los valencianos de modo tan cruel olvidan que en Andalucía también se vota siempre al mismo partido, que en este caso es otro, y que el periodo durante el que manda este partido es mucho más grande y los resultados son, al menos, igual de catastróficos.
El repaso a todas las Comunidades Autónomas demostraría dos cosas: que el sistema de las Autonomías no se terminó bien y que si ya es difícil encontrar un líder con categoría suficiente, dar con 17 se torna imposible.
Soy de la opinión de que debería haber una ley que permitiera encarcelar a Francisco Camps por el penoso estado en que ha dejado a la Comunidad Valenciana, en todas las parcelas. Por otra parte, el espectáculo que ha dado mostrando su odio a Eduardo Zaplana (que tampoco es santo de mi devoción), siendo así que se las da de ferviente católico, proporciona un dato más acerca de las características del personaje.
Ahora bien, puestos a elegir entre Camps y cualquiera de los que ha tenido Cataluña, excepción hecha de Tarradellas, la cuestión no ofrece dudas. Camps es infinitamente mejor que esos.
Hay otra cuestión que añadir. El daño hecho en la Comunidad Valenciana está pudiendo ser capeado por alguien tan mediocre como Alberto Fabra. En cambio, Cataluña está en caída libre. Allí, la sociedad ha enfermado tanto que si ahora se celebrasen elecciones las ganaría un partido tan nefasto como ERC. Hay un partido con un discurso admirable, que es Ciutadans, pero apenas le hacen caso.

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