jueves, 17 de noviembre de 2016

Espinar y el piso

El podemita no quiere que se hable de su piso, aunque mejor cabría decir de su beneficio, porque el piso de marras ya no es suyo, sino de la señora que murió porque se olvidó de apagar la vela que había encendido porque le cortaron la luz.
Y esa podría ser la cuestión, porque mientras hay personas que no pueden pagar la factura de la luz, otras ganan grandes cantidades de dinero en un plazo muy breve, merced a una serie de circunstancias afortunadas que no dejan pasar de largo. Es mejor no especificar esa serie de circunstancias afortunadas.
Pero hay otras cuestiones. Habría que ver porque la energía eléctrica es tan cara en España en relación con la de otros países. Quienes toman las decisiones no suelen ponerse en el lugar de los más vulnerables, porque si lo hicieran no estaríamos en crisis y probablemente la luz tampoco sería tan cara.
Hubo una ministra que dijo que el dinero público no es de nadie, pero deben de ser muchos, no ya ministros, sino políticos de a pie, de concejales hacia arriba, que lo piensan. Los políticos de Podemos, por ejemplo, no dan muestra de que respeten nada. Promueven salvajadas como acosos y oleadas de insultos, de modo que no son los que más pueden hablar.
Y queda otra cuestión, porque estos de Podemos tienen afición a coger el rábano por las hojas, y de desviar la conversación hacia donde les conviene. No quieren que se hable de los homosexuales que ahorca el gobierno iraní, no quieren que se hable de Venezuela, no quieren que se hable del dinerito que ganó en unas pocas semanas y sin dar golpe Espinar, pero si todo el dinero que malgasta el Estado en financiar partidos antisistema lo invirtiera en cosas productivas otro gallo nos cantaría.

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