miércoles, 2 de noviembre de 2016

Riverita empieza el baile

El problema de Riverita ahora consiste en que puede desaparecer del mapa electoral a partir de las próximas elecciones. Si Ciudadanos entra en el gobierno, sus votantes no notarán diferencias entre los ministros de este partido y los del Popular, por lo cual la mayoría de ellos puede optar por votar de nuevo al PP.
Si no entra en el gobierno, también puede perder votantes; por tanto, la tarea de Riverita es hacer visible a su partido, y de nuevo se encara con Rajoy, porque si lo hace directamente con el PP puede cabrear a los antiguos votantes de este partido que optaron por Ciudadanos, porque piensan que es lo mismo que el PP, pero sin corrupción.
Entonces todo se reduce a pintar de colores la nada para que parezca algo y le sigan votando.
Ciudadanos pide, aparentemente, muchas reformas, como si hubieran trabajado bien el asunto. Por ejemplo, piden que más de la mitad de los componentes del Poder Judicial sean elegidos por los propios jueces, y el resto por el Parlamento. Esta medida no resolvería mucho, porque entre los jueces puede haber mucho corporativismo y el Parlamento seguiría teniendo mucha influencia. No se puede negar el peligro de que los partidos políticos siguieran manejando el asunto, aunque de una manera más soterrada. En cambio, si la totalidad de los componentes del Poder Judicial fueran elegidos por votación secreta por todos los funcionarios de carrera del ministerio de Justicia, la clase política perdería casi por completo el control de la justicia.
Hay que tener en cuenta que los funcionarios conocen a los jueces muy bien. Saben qué jueces más trabajadores, cuáles son más prepotentes -que un juez sea prepotente es el colmo y, no obstante, abundan-, cuáles se esmeran más para impartir justicia, etc.
Es muy habitual en nuestra clase política hacer cosas, aunque sean de poca utilidad, pero luego las pregonan como si fueran algo grande.

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