En la época del Deuteronomio no existían las Comunidades Autónomas, ni las concejalías de Urbanismo, ni los sindicatos, ni los asesores, ni el sinfín de organismos que se nutren de los Presupuestos del Estado. Por tanto, el Deuteronomio no pudo referirse a lo inmoral que resulta exprimir al obrero para subvencionar tantas cosas innecesarias.
Zapatero pudo decir, después de referirse al Dios del Evangelio, “No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas o un extranjero que vive en alguna de las ciudades de tu país. Págale su jornal ese mismo día, antes de que se ponga el sol, porque está necesitado, y su vida depende de ese jornal.” Y mientras recitaba esas palabras no pudo darse por aludido, porque piensa que no van con él, puesto que el Deuteronomio, de puro antiguo, no podía remitirle a su forma de actuar. ¿Es que la ingente cantidad de asesores suyos, a cargo de los impuestos, no constituyen un expolio al jornalero? ¿Es que negar la crisis, hasta el punto de tildar de antipatriota al que la nombrase, cuando muchas familias ya estaban sumidas en la tragedia, no constituye una explotación del jornalero?
El Deuteronomio se refería al pago de jornales, no al cobro de impuestos para derrocharlos después. El Deuteronomio habla del jornalero que ha hecho su trabajo y que luego debe cobrar de su patrono, pero si el patrono no le puede pagar porque no cobra del ayuntamiento y el ayuntamiento no paga porque la organización de España es desastrosa y no hay quien se preocupe de lo que puede pasar, sino tan sólo de lo que dicen las encuestas electorales, todo eso queda fuera del discurso. Zapatero ha ido a rezar al Dios del Evangelio, pagando el viaje, entre otros, con los impuestos de los jornaleros, para que los españoles vean que se lleva bien con Obama y le voten.
Zapatero pudo decir, después de referirse al Dios del Evangelio, “No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas o un extranjero que vive en alguna de las ciudades de tu país. Págale su jornal ese mismo día, antes de que se ponga el sol, porque está necesitado, y su vida depende de ese jornal.” Y mientras recitaba esas palabras no pudo darse por aludido, porque piensa que no van con él, puesto que el Deuteronomio, de puro antiguo, no podía remitirle a su forma de actuar. ¿Es que la ingente cantidad de asesores suyos, a cargo de los impuestos, no constituyen un expolio al jornalero? ¿Es que negar la crisis, hasta el punto de tildar de antipatriota al que la nombrase, cuando muchas familias ya estaban sumidas en la tragedia, no constituye una explotación del jornalero?
El Deuteronomio se refería al pago de jornales, no al cobro de impuestos para derrocharlos después. El Deuteronomio habla del jornalero que ha hecho su trabajo y que luego debe cobrar de su patrono, pero si el patrono no le puede pagar porque no cobra del ayuntamiento y el ayuntamiento no paga porque la organización de España es desastrosa y no hay quien se preocupe de lo que puede pasar, sino tan sólo de lo que dicen las encuestas electorales, todo eso queda fuera del discurso. Zapatero ha ido a rezar al Dios del Evangelio, pagando el viaje, entre otros, con los impuestos de los jornaleros, para que los españoles vean que se lleva bien con Obama y le voten.
1 comentario:
Súper significativo el artículo en favor del reconocimiento a los trabajadores así como hay un llamado al gobierno para que proceda a tomar las medidas en favor de los jornaleros. Justo en tiempos de Crisis mal llevada.
Ojalá, haga incidencia política en las instancias superiores del gobierno Central.
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