Dice ahora Madoff que los bancos debían saber que estaba cometiendo un fraude. Y cualquiera que haya tratado con un banco alguna vez ha de pensar lo mismo que él. Los bancos pueden alegar que no sabían nada y a la vista está que se les ha admitido esa aseveración, pero obligación de saberlo sí que tenían.
¿Cómo es posible que los bancos arriesguen tanto dinero sin medir el alcance de lo que hacen? La crisis que se desató en el mundo, de tan considerables dimensiones, y que ha tenido unas consecuencias tan catastróficas, en un gran número de casos muy dramáticas, se ha sustanciado con un culpable (la burbuja inmobiliaria española, de no menos catastróficas consecuencias, tan sólo ha generado un imputado, el ex presidente de Caja Castilla-La Mancha, al que no me extrañaría que acaban premiando de algún modo por los servicios prestados).
El mundo está mal organizado, eso es evidente. Si se prueba que un pobre (y quizá la prueba sea falsa) ha cometido un delito, le cae el mundo encima. Ya puede ir envidiando a Sísifo. Y si es en Estados Unidos hasta pueden condenarle a muerte. Lo que llamamos civilización tiene estas cosas. Ahora bien, si algunos personajes poderosos (dinerariamente hablando), movidos por la codicia, y con la complicidad pasiva de quienes tenían la obligación de vigilar la buena marcha de las cosas, provocan una crisis descomunal, llevando a muchas gentes a la ruina y la desesperación, no pasa nada. Incluso esos personajes pueden seguir cobrando sus bonus, celebrando sus fiestas, y pedir a voz en grito que se reduzcan las prestaciones sociales, y en el caso de España, todavía peor. En estas condiciones no sería de extrañar que si salimos de la crisis caigamos luego en otra peor. Parece mentira que haya tenido que ser Madoff quien denuncie esa necesaria complicidad.
'Ajuste de cuentas'
'En defensa de las vacunas'
'Les Xanes'
'Don Quijote de la Mancha para Estudiantes'
'Platero y yo contado a los niños'
'Mal consentido'
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