Escribió un artículo Francisco Rico, titulado ‘Teoría y realidad de la ley contra el fumador’, en la que después de una larga serie de argumentos sustanciales, escribió esta frase “P.S. En mi vida he fumado un solo cigarrillo.”, que es incierta. Quizá pensó, porque conoce el país en el que vive, que conocida su adicción al tabaco, intentarían refutarle aludiendo a este hecho.
Al acabar su artículo de este modo debió pensar que para quienes desconocían su vicio esta frase reforzaba toda su argumentación; y quienes estaban al cabo de la calle sobre el asunto podrían pensar que con ella desviaba su atención hacia los argumentos. Ninguna de las dos cosas ha ocurrido, resulta que lo único que ha quedado es esa frase precisamente, pasando el resto al olvido.
Pero lo peor ha venido luego, ya que la mentira de Rico se ha convertido en un campo de batalla entre Javier Cercas y Arcadi Espada en primera instancia, pero que en realidad era entre El País y El Mundo. El primero de ellos, con la supuesta intención de defender a Francisco Rico de las críticas que recibió, atacó al segundo, aunque sin citar su nombre. Ese no es modo de defender a nadie. Javier Cercas parece obsesionado por ganarse los aplausos de cierta izquierda y para ello nada mejor que presentar algunas cabezas enemigas. Ya lo intentó, en vano, con Joaquín Leguina, y esta vez le ha tocado el turno a Arcadi Espada.
No he leído ‘Soldados de Salamina’, pero no me cuesta imaginar que, bajo la pretendida capa de la objetividad, trata de gustar a esas gentes cuya aprobación le interesa. En ‘Anatomía de un instante’, en el que se atreve a juzgar a Adolfo Suárez, le atribuye a Hernández Mancha algo que hizo un diputado socialista.
En esta guerra entre Cercas y Espada, que se ha comparado a una partida de ajedrez, y dado el cariz que habían tomado las cosas, Espada no podía callar. Ignoro si lo hubiera hecho de haberse tratado de algo estrictamente entre dos. De lo que sí que estoy más convencido es que la jugada que tuvo que hacer no le debe de haber proporcionado ninguna satisfacción. En esta guerra, como en las demás, lo que han perdido todos es superior a lo que han podido ganar.
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