domingo, 2 de marzo de 2014

Lo que enseña la guerra de Ucrania

Con respecto a la guerra de Ucrania se podrían examinar muchos detalles, pero me propongo resaltar sólo dos cosas.
La primera de ellas es que Obama ha recurrido a la ONU y lo que ocurre es que este organismo internacional no es lo que debiera ser. Y no lo es, principalmente, porque Estados Unidos, Inglaterra y otros países poderosos no quieren renunciar a sus privilegios, ni tampoco respetan ni cumplen las resoluciones que no les convienen. Por supuesto que Rusia y China actúan exactamente igual, si no peor. Y ocurre que la ONU es absolutamente necesaria, porque hay muchas guerras en el mundo, muchas matanzas y muchas violaciones de los derechos humanos. Algún día tendrán que darse cuenta esos países poderosos de que su egoísmo es muy nocivo para el mundo. Obama, el primer presidente negro en la historia de los Estados Unidos está perdiendo una ocasión de oro para intentar algo grande en este sentido.
La otra cuestión que conviene señalar es el papelón de la Unión Europea en este conflicto. Dado que puede salir fuertemente perjudicada, es primordial que haya una política común entre todos los países que la componen y una postura que revelara la determinación de todos, como si la Unión Europea fuera un único país, en la defensa de la decisión adoptada.
La ONU y la Unión Europea son absolutamente necesarias, pero como viene siendo habitual, porque no puede ser de otro modo, los nacionalismos ponen palitos en las ruedas del progreso de la humanidad.
La humanidad, no debería hacer falta que se dijera, comprende a las personas, mientras que los nacionalismos se refieren a unos entes arbitrarios. Las fronteras no existen para las aves, ni para los peces, que no saben si nadan en aguas de España, Francia o Italia. Por culpa de los nacionalismos muere mucha gente todos los años.

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