lunes, 10 de marzo de 2014

El juez obliga a indemnizar a dos ex directivos de la Caja de Cataluña

La economía española gira en torno a los bancos y las cajas que ya no existen. Es por eso que tiene establecidos una serie de controles más rigurosos que los de otros países, y quizá fuera eso lo que permitió que Zapatero alardeara de la salud del sistema bancario español.
Lo que se le escapó a Zapatero es que el control del Banco de España no era tan efectivo como podría presumirse. Un dato a tener en cuenta es que Franco no autorizó las fusiones de grandes bancos, cuando se solicitaron, para que la entidad resultante no alcanzara más poder que el Estado. Muerto el dictador, sus sucesores no han tenido tanto cuidado, puesto que a lo que aspiran es a sentarse el consejo de administración de un banco. El resultado es que estos ahora tienen, al menos, más poder que el Banco de España. Y las leyes, por lo visto, tampoco atemorizan a los banqueros. Además de esto, los políticos invadieron las cajas (hubo uno que presentó su candidatura a la presidencia de la Generalidad Valenciana, pero su objetivo era la presidencia de Bancaja).
Quizá como consecuencia de todo esto ya no quedan cajas de ahorros y hay que dejar constancia de que su función social era muy importante. A pesar de todo, el último presidente de Bancaja se quejó de que vivía un calvario judicial; veremos cómo acaban Miguel Blesa y Narciso Serra; Aurelio Izquierdo sigue cobrando de Bankia y el juez obliga a readmitir o indemnizar con 600 000 euros a cada uno a Jaime Masana y Adolfo Todó. Nunca se sabrá la verdadera situación de La Caixa, a la que el gobierno ha hecho importantes obsequios.
Para los contribuyentes lo ocurrido con los bancos, y sobre todo las cajas, es una catástrofe mayúscula. No han tenido más remedio que pagar, y perder muchas inversiones, para que no se hunda el sistema.

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