miércoles, 5 de marzo de 2014

Miguel Cardenal está orgulloso del Barça

El problema consiste en que Cardenal, todo un secretario de Estado para el Deporte, presidente del Consejo Superior de Deportes, precisamente cuando este club de fútbol está siendo investigado por Hacienda y como resultado de esa investigación ha tenido que dimitir el presidente y el club se ha apresurado a pagar lo que se le pedía y unos cuantos millones más, por lo que pueda ocurrir.
Dice este señor que en este momento nadie piensa que alguien vinculado al Barcelona se haya apropiado de cantidad alguna. Y desde luego que yo no lo pienso. Esperaré a que sean los jueces o los Inspectores de Hacienda quienes expliquen lo que hay. Lo que sí que sé es que si un pobre olvida consignar en su declaración de la Renta un ingreso de 100 euros, quizá porque ya ni se acuerda, Hacienda le obliga a asumir las consecuencias. Y no entiendo que un señor que forma parte de la Administración no vea con buenos ojos que otro sector de esa misma Administración haga su trabajo con respecto a un club de fútbol.
Es de suponer que Cardenal sabe que la deuda actual de los clubes de fútbol con Hacienda es cercana a los 600 millones de euros, y eso después de haber hecho un pago que la rebajaba en un 21%. Ese dinero del que Hacienda no dispone viene a ser como una puñalada a los más desfavorecidos. Pero la Administración española, de la que, repito, forma parte Cardenal es muy permisiva con los clubes de fútbol. Pero si su deuda con Hacienda es grande, todavía lo es mucho más la que tienen con otras entidades privadas y que podría estar cercana a los 4000 millones de euros. El asunto es muy peligroso, porque esa deuda hay que pagarla, de modo que el peligro para los contribuyentes es grande.
Quienes cobran de la Administración deberían estar a favor de los contribuyentes y no de los poderosos.

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