sábado, 8 de marzo de 2014

Oyarzábal, aplaudido

“Iñaki, sabemos lo importante que eres para el PP en toda España”, dijo Cospedal. Es posible que lo sea; si Cospedal dijo eso ella sabrá por qué.
Para los españoles, en cambio, es más importante Covite, que es la asociación que se preocupa por la dignidad de todos. Las víctimas del terrorismo lo son en el intento de la banda de la banda de atemorizar a todos, para subvertir el modo de vida y condicionar la convivencia social.
La banda intentó once mil asesinatos, amenazó y extorsionó sin tregua y obligó a doscientas mil personas a abandonar el País Vasco. Y ha sido Covite, precisamente, la que ha denunciado a Eta ante el Tribunal Internacional de La Haya, para que sus delitos no prescriban. No han sido el PP, el PSOE, ni, por supuesto, el PNV, que puesto que se nutren del dinero de los impuestos tenían la obligación moral de hacerlo. Los partidos que mantienen la misma actitud que Covite ante el terrorismo son muy pocos. Creo que sólo UPyD, Ciudadanos y el reciente Vox.
Por parte del PP, cabe recordar que fue precisamente Oyarzábal quien lanzó insidias contra Covite y si ahora ha sido apartado de su cargo no es por ello. El PP no desautorizó en ningún momento a quien en aquellos momentos era el secretario general del PP en el País Vasco.
Covite, cuya presidenta es Consuelo Ordóñez, mujer que, a pesar de su coraje tuvo que abandonar San Sebastián, tal es el poder de Eta en esa ciudad, tiene elaborado un balance del dolor muy expresivo y contundente. Sin embargo, el final parece condicionado por el ambiente actual al que tanto ha contribuido el PP. El párrafo final comienza diciendo: Si Eta tiene voluntad sincera de paz...Eso es imposible. Eta no puede tener voluntad sincera de paz. El fin de Eta no puede llegar más que de la mano de la policía y la Guardia Civil. Arzalluz lo sabe.

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