viernes, 11 de julio de 2014

Dos dedos y una oreja



Según ha trascendido a los medios, en relación con el supuesto intento de un empresario valenciano por parte de otro, que está siendo investigado, entre los planes del secuestro figuraba el de cortarle dos dedos y una oreja a la víctima.

Al margen de que sea cierto eso, o no lo sea, lo que enreda el asunto es que el móvil de la acción tiene que ver con los negocios en torno al Valencia CF, pero no por el fútbol en sí, sino por lo que afecta a los ciudadanos.

Este club de fútbol debe una considerable cantidad de dinero a Bankia, a causa de un préstamo que le concedió Bancaja. El club no es capaz de saldar la deuda por sí mismo, por cuyo motivo se le está buscando comprador. Pero quien compre al Valencia CF no lo hará de forma altruista ni desinteresada; es decir, vendrá a ganar dinero. Por su parte, Bankia ha sido ayudado con dinero público, aparte de que las autoridades le permitieron salir a Bolsa de forma engañosa. No se sabe por qué Bancaja concedió ese préstamo que pueden acabar pagando los ciudadanos.

Tanto el gobierno valenciano como el ayuntamiento de Valencia hicieron pactos con ese club de fútbol, que ya se va viendo en qué manos estaba, y esos pactos pueden costar caros a los ciudadanos. De hecho, ya lo han costado, puesto que se han recalificado dos solares de la ciudad para favorecer al club, y se le han concedido otras garantías y ventajas.

El Valencia CF puede acabar en manos de alguien que quizá no haya estado jamás en Valencia y al que, por tanto, es posible que no le interesen nada los problemas de la ciudad, sino que quiera rentabilizar su inversión lo antes posible.

No se le ha ocurrido a nadie vender el club a los aficionados al fútbol. O sea, que cada uno comprara x acciones. Quizá por miedo a que luego se luego se las vendan a Paco Roig para ganarse unos céntimos.
 

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