sábado, 5 de julio de 2014

La insumisión del Consell

El gobierno valenciano ha pedido al ministerio de Hacienda 1000 millones de euros para poder cumplir con el objetivo del déficit.
Al margen de que el Estado de las Autonomías, que era en principio una buena idea, se hizo mal y que como consecuencia es muy difícil hacer un reparto justo de fondos, y puede que ni siquiera haya voluntad de hacerlo así, y teniendo en cuenta además que el Reino de Valencia puede que sea el gran perjudicado en este reparto, cabe reprocharle algunas cosas al gobierno valenciano. Y también a la oposición, por inoperante.
El ministro Montoro pidió a las Comunidades Autónomas que suprimieran a los defensores del pueblo autonómicos y el gobierno valenciano, junto con otros ocho, se ha negado.
¿Cómo puede pedir mil millones un gobierno que sigue gastando dinero innecesariamente? Pero es no sólo debería suprimir al defensor del pueblo valenciano, es que también debería hacer lo mismo con el Consejo Jurídico Consultivo, con la fenicia Academia Valenciana de la Lengua, y con toda esa serie de instituciones y organismos que sólo sirven para colocar a los afines o para apaciguar a unos cuantos.
Todo ese dinero que se gasta en vano es dinero que se quita a los más indefensos. Quienes cobran esas nóminas deberían pensar en ello.
Pero Montoro tampoco debería gritar mucho. Debería haber exigido desde hace mucho la supresión de las diputaciones y la fusión de todos aquellos municipios que están pegados unos a otros. Si cuatro pueblos, o dos, están juntos, un solo ayuntamiento para todos resulta mucho más racional y barato. Aducir razones sentimentales para impedir esas fusiones y poder seguir esquilmando los bolsillos de los ciudadanos no es serio.
La Administración todavía puede ahorrar mucho dinero, pero no se le ve ninguna intención de hacerlo, ni tampoco las Comunidades Autónomas están dispuestas a dar facilidades en este aspecto.

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