viernes, 2 de octubre de 2015

El trol y las leyes

Con un trol no se debe discutir nunca porque no tiene como finalidad llegar a un acuerdo, sino que pretende confundir, ofender, incomodar y causar toda la serie de inconvenientes que pueda a su víctima.
El trol, además, tiene la ventaja del incógnito, que le permite decir todas las bobadas e incongruencias que se le ocurran sin temor al ridículo, porque a la siguiente vez cambiará el nombre y todo lo que necesite. El catalanismo tiene repartidos muchos troles a lo largo y lo ancho del mundo digital español. Están bien aleccionados y con conocimientos técnicos que les permiten eludir los bloqueos y también dominan el arte de discutir, en el que, como se ha dicho, no tienen ninguna barrera moral, ni temen al ridículo. Vestidos de calle y con su nombre real deben de parecer unos señores.
Los catalanistas, como todos los nacionalistas, son totalmente antidemocráticos. La democracia para ellos no es más que un medio para conseguir sus fines. El ideario de cualquier nacionalista es el siguiente: Ha de conseguir sus propósitos sea como sea. Si la ley no le permite hacer algo, cataloga a la ley como mala y dice que hay que incumplirla.
Eso es una torpeza enorme, pero puesto que el nacionalismo actúa como un virus, quienes están infectados por él no se dan cuenta.
Esto es lo que dijo el trol de los cojines: «la "violación" de la Ley por el referendum simulado, tiene todo el carácter político. Y si la Ley no deja expresarse a la política, o hay que cambiar la Ley o hay que incumplirla.» Y el muy burro pone violación entre comillas.
Los catalanistas decían, pomposamente, que la política ha de estar por encima de la ley. O sea, su pensamiento, por llamarle de algún modo, no tiene nada que ver con la democracia.

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