sábado, 31 de octubre de 2015

Fin de viaje para Mas

Mas emprendió un viaje, que él quisiera que le llevara a la cárcel, porque eso le serviría para disimular el ridículo durante algún tiempo, aunque querría que fuera para toda la vida.
Pero parece ser que no. Rajoy no le va a hacer el favor de encarcelarlo. Va a dejar que se cueza en su propia salsa. Los catalanes ya se han cansado de él. Y eso que todavía no han comenzado a sentir los efectos de su política. O no se fijan. Algunos enfermos cardiovasculares murieron mientras estaban en la lista de espera, según denuncian algunos médicos. En Cataluña el dinero se gasta en lo que se gasta y luego no hay para cuidar la salud de los catalanes. Es raro que haya farmacéuticos que voten a los indeseables que les gobiernan, pero no cabe duda de que así es. Y muchos de los pacientes que van a comprar medicamentos, y que los necesitan perentoriamente, también votan a esos que resultan tan nocivos para su salud física y mental.
Gracias a esos gobernantes que se vienen eligiendo los catalanes, hay muchas familias rotas, amistades antiguas trocadas en enemistades irrevocables, frustración, locura, xenofobia y racismo.
Ocurre otra cosa y es que las trolas históricas en que se apoyan los catalufos venían siendo generalmente aceptadas, pero al llegar las cosas a los extremos actuales son muchos los que se van informando de la realidad histórica y eso hace que crezca la indignación ante tanto lloriqueo y tanta reclamación infundada, cosas ambas que les han reportado muchas ventajas sobre los demás. Todas estas circunstancias se van a hacer sentir en los próximos años, de modo que el rechazo de los catalanes hacia Mas, Pujol, el caganer y compañía crecerán mucho en los próximos años. Al parecer, todavía un treinta por ciento de catalanes apoya a Mas. Es incomprensible, pero real.

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