martes, 27 de octubre de 2015

Lo que está de moda en Cataluña

Lo que está de moda en esa región que gracias a la ayuda y la paciencia de los demás españoles se convirtió en la más próspera de España es estar como una cabra.
Un ciudadano normal, demócrata y, por tanto, cumplidor de las leyes y tolerante con las opiniones ajenas tiene la vida difícil por aquellos lares, en donde prevalecen el disparate, el odio a quienes no comulgan con ruedas de molino y la mentira como dogma de fe histórico.
No había bastante con tener a Colau de alcaldesa, a Mas de presidente y a Junqueras de llorón. Faltaba Forcades, que en su discurso faltón y quizá delictivo pretendió emular a Companys. Hay un vídeo que se puede encontrar fácilmente si se pone en el buscador así reacciona un catalanista cuando le dicen la verdad sobre Companys. También es fácil encontrar información sobre los fusilamientos que firmó Companys.
Ana Rosa Quintana dijo de Forcadell que “como todos saben, es una mujer tolerante, independiente y nada sectaria”, con evidente recochineo.
Los catalufos están intentando lograr que metan a alguno o algunos de ellos en la cárcel, con el fin de que lo que es un ridículo espantoso pueda camuflarse como una gesta heroica.
Mientras tanto, los historiadores catalufos, tipo Bilbeny o Cucurull, están a punto de descubrir que la patata, en realidad proviene de Cataluña, la cebolla otro tanto, o que Santa Teresa o era catalana, o comía butifarra con mongetes, de ahí el nombre del típico plato catalán.
Los catalufos sólo aceptan que se les haga la pelota, y eso lo entendió muy bien Fuster y logró que se hicieran cientos de ediciones de sus libros, y que dijeran de él que fue un extraordinario ensayista.
En cambio, Ubieto les dijo las verdades, “los soldados catalanes morían diciendo ¡Aragó!, ¡Aragó!", y no le hacen ni caso.

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