lunes, 26 de diciembre de 2016

El Rey no puede expresarse con libertad

Forcadell es una señora irresponsable y desleal, condiciones ambas que seguramente la acompañarán de por vida, y quienes la apoyan con sus votos deberían saber esto.
Está acostumbrada a decir barbaridades y como cuelan, por los motivos que ya sabe todo el que no esté contagiado por el virus nacionalista, va de oca en oca y tiro porque me toca. La última, si no es que ha dicho unas cuantas más, es que quiere que los catalanes puedan expresarse con la misma libertad que el Rey, lo cual ya de por sí sirve para demostrar la gran desvergüenza de esta señora. Ella misma se expresa con muchísima más libertad que el Rey, y las cosas que ella dice no hay por donde cogerlas, porque no se sostienen. Las cosas que salen de su boca sólo pueden ir dirigidas a mentes enfermizas.
Es seguro que el Rey piensa, y le toca callárselo, al contrario que esa que no se calla nada, que el nacionalismo y la democracia son incompatibles. Si no lo ha pensado él tienen que haberlo hecho sus colaboradores, y a continuación se lo habrán comentado. Todos los que han meditado en el asunto o han observado los acontecimientos con atención tienen que haberse dado cuenta.
También tiene que saber el monarca español, e igualmente se lo ha callado, que la vida resulta muy complicada para los catalanes sensatos, debido a la presión antidemocrática y agobiante de quienes están infectados por el virus del nacionalismo. Cataluña es uno de los lugares de España en los que la democracia es una palabra hueca, que se emplea propagandísticamente por personas como la citada Forcadell, que jamás podrá comprender que la primera obligación de un demócrata es cumplir la ley y la segunda, si se tiene un cargo político, hacer que se cumpla. En la historia de Cataluña hay unos cuantos personajes ridículos, como Próspero Bofarull, José Dencás, Luis Companys, Pompeyo Fabra, Jorge Pujol...Se les van a unir unos cuantos, entre ellos Carmen Forcadell.

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