Según
el dictamen del tiempo transcurrido entre la fecha de la asunción de
su cargo y hoy la función del astronauta del gobierno consiste en
dar soporte moral al caradura que lo preside y en contestar los tuits
de los futbolistas. Puede
decirse que es un ministro florero.
Cualquiera
que en algún momento haya podido pensar que Pedro Duque es digno de
admiración puede olvidar
el asunto. Es un señor
con unas envidiables condiciones físicas e intelectuales, pero
con una voluntad
insuficiente, con lo cual se queda a mitad camino, o al principio del
camino, de lo que habría podido ser. El
sábado pasado, un violento grupo de fascistas, incitados
por el no menos fascista Puigdemont, impidieron que el juez Llarena
pudiera cenar en un restaurante. El
gobierno no va actuar contra esos, sencillamente porque está
sostenido por ellos. Y el
astronauta ni se inmuta, ni se sonroja de vergüenza, ni dimite para
no ser cómplice. Es un pobre diablo.
Pero
hay otro florero en el gobierno. ¿Alguien puede pensar que Borrell
puede ser garantía de algo? ¿Se ha visto que el serio y altivo
Borrell proteste contra esos fascistas que no dejaron cenar a
Llarena? Todo en Borrell es puro teatro, puro fingimiento. Y afán de
venganza contra el mundo. ¿Cómo si no se puede explicar que esté
en ese gobierno que preside un botarate? El gobierno de los guapos
cabría llamarlo.
Seguramente,
el cociente intelectual de Duque y Borrell es altísimo, pero
para lo que les sirve...En el caso de la ministra Calvo, o el
presidente Sánchez, ocurra al contrario. Su C.I., debe de ser muy
bajo, pero están en la misma situación. Ellos
no se darán cuenta, puesto que la inteligencia es lo mejor repartido
que hay en el mundo: todos están conformes con la que tienen.
Lo
de ser personas de provecho que se afanen en servir a los demás y no
en servirse de ellos es otra cosa.
'2016.Año bisiesto'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Diccionario de elogios, piropos y voces galantes'
'Atlas del bien y del mal'
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'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
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