viernes, 20 de julio de 2018

Llarena ha hecho bien

Según algunos, como Tsevan Rabtan pongamos por caso, se ha equivocado. Pero es que este abogado ve el asunto como si España fuera su cliente y tuviera que recomendarle la mejor opción de entre las posibles.
Pero ese no es el caso, sino que lo que hay que considerar es que España forma parte de una comunidad y algunos de sus socios han incumplido sus compromisos. Ha hecho, pues, muy bien el juez Llarena en airear esta deslealtad y poner en relieve la realidad de la Unión Europea.
Como ha explicado el señor juez, que ha dado una lección a sus homólogos europeos, la constante en todos los casos ha sido el quebrantamiento de los compromisos contraídos, pero luego cada una de las naciones se ha servido de un pretexto diferente o ha usado una táctica distinta, todas ellas siempre ofensivas para España, para llevar a cabo su felonía. Nada nuevo bajo el sol, por otra parte. Ahora se entiende que la Unión Europea avance tan lentamente. Lo único que la salva es que es una necesidad y lo que señala Llarena debería servir para que los gobiernos de esos países hicieran examen de conciencia y reconocieran que no se han esforzado lo suficiente en su construcción.
Es una vergüenza para esos países, Alemania, Bélgica…, lo ocurrido.
En España hay cenutrios, Jordi Évole, Mónica Oltra y otros, que lo han entendido al revés, porque seguramente tienen el cerebro mal colocado, lo que debía ir delante detrás, o quizá en posición invertida, lo de arriba debajo.
El diario El País, por su parte, últimamente tiende a parecerse a su competidor Público y dado ese intento lo mejor es no fiarse mucho. Basta con leer a cuatro o cinco de sus firmas, no muchas más, y desentenderse de su línea editorial y también, por supuesto, de lo que dice acerca de la decisión de Llarena.

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