Ya me mostré en contra cuando el ayuntamiento de Barcelona decidió autorizar la circulación de las bicicletas por las aceras. Los enfrentamientos entre los peatones, que transitan por su lugar natural, y los invasores ciclistas, son frecuentes y previsibles. No sólo en Barcelona, claro. Ahora dicen que con la entrada en vigor de la ley se pondrá coto a los ciclistas. Yo lo dudo. Si antes de esa ley, cuando los ciclistas no tienen derecho a ir por las aceras, no se les frena, menos se va a hacer después. No era la primera vez que yo protestaba contra esta invasión de las aceras y en ese anterior artículo han puesto el siguiente comentario: -
Yo estoy embarazada y temo muchas veces salir a la calle: codazos, pelotazos (cuando caminas por alguna plaza donde se juega con la pelota), coches que se saltan los pasos de cebra, etc. Las bicicletas son actualmente un peligro añadido que en mi primer embarazo (hace cuatro años) no tuve que sufrir con tanta intensidad. Vivo en la Gran Vía barcelonesa y allí no se respeta nada. Los ciclistas van por la acera a una velocidad increíble sin respetar niños, viejos, embarazadas, ni nada. A mi abuela (90 años) le arrancó un ciclista de cuajo la piel de las dos piernas al salir ella de su casa con las ruedas de la bici y como no es obligatorio llevar matrícula nunca se identificó al energúmeno que lo hizo. A otra señora que conozco, le rompieron un brazo al golpearla y caer al suelo. No digo que todos los ciclistas sean iguales, ni mucho menos. Hay personas que van con la bici por sus carriles, a velocidades limitadas, respetando a los peatones, pero son minoría.Creo, y lo siento en el...
Comentario por Montserrat García Campos 16.05.07 @ 09:42
No me extrañaría que en Valencia ocurrieran cosas peores. Alaban ahora a Maragall, porque al parecer fue el primer alcalde de España en introducir el carril bici. Y cuentan que recibió muchas burlas por ello, con lo útil que se ha demostrado después. En realidad, todas las iniciativas de Maragall son inoportunas y suelen llenar de confusión a las gentes. El carril bici ha servido para que los ciclistas puedan pensar que su lugar no es la calzada, sino cualquier otro. Por su parte, los automovilistas han perdido el poco respeto que tenían a los ciclistas, porque también piensan que la calzada no es su lugar. Lo que hubiera hecho Maragall si el sentido común fuera una de sus cualidades es obligar al tráfico motorizado a guardar la distancia con los ciclistas, para que éstos pudieran deambular tranquilamente por las calzadas, que es lo que corresponde. La finalidad de las aceras es que los viandantes puedan ir tranquilamente de un lugar a otro, contemplando las fachadas y los monumentos y parándose a charlar si se da el caso.
Yo estoy embarazada y temo muchas veces salir a la calle: codazos, pelotazos (cuando caminas por alguna plaza donde se juega con la pelota), coches que se saltan los pasos de cebra, etc. Las bicicletas son actualmente un peligro añadido que en mi primer embarazo (hace cuatro años) no tuve que sufrir con tanta intensidad. Vivo en la Gran Vía barcelonesa y allí no se respeta nada. Los ciclistas van por la acera a una velocidad increíble sin respetar niños, viejos, embarazadas, ni nada. A mi abuela (90 años) le arrancó un ciclista de cuajo la piel de las dos piernas al salir ella de su casa con las ruedas de la bici y como no es obligatorio llevar matrícula nunca se identificó al energúmeno que lo hizo. A otra señora que conozco, le rompieron un brazo al golpearla y caer al suelo. No digo que todos los ciclistas sean iguales, ni mucho menos. Hay personas que van con la bici por sus carriles, a velocidades limitadas, respetando a los peatones, pero son minoría.Creo, y lo siento en el...
Comentario por Montserrat García Campos 16.05.07 @ 09:42
No me extrañaría que en Valencia ocurrieran cosas peores. Alaban ahora a Maragall, porque al parecer fue el primer alcalde de España en introducir el carril bici. Y cuentan que recibió muchas burlas por ello, con lo útil que se ha demostrado después. En realidad, todas las iniciativas de Maragall son inoportunas y suelen llenar de confusión a las gentes. El carril bici ha servido para que los ciclistas puedan pensar que su lugar no es la calzada, sino cualquier otro. Por su parte, los automovilistas han perdido el poco respeto que tenían a los ciclistas, porque también piensan que la calzada no es su lugar. Lo que hubiera hecho Maragall si el sentido común fuera una de sus cualidades es obligar al tráfico motorizado a guardar la distancia con los ciclistas, para que éstos pudieran deambular tranquilamente por las calzadas, que es lo que corresponde. La finalidad de las aceras es que los viandantes puedan ir tranquilamente de un lugar a otro, contemplando las fachadas y los monumentos y parándose a charlar si se da el caso.
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